La planilla
de inspección u hoja de verificación es parte de las 7 herramientas básicas de
la calidad. Las cuales se utilizan como una herramienta de recolección y registro de información. La
principal ventaja de éstas es que dependiendo de su diseño sirven tanto para
registrar resultados, como para observar tendencias y dispersiones, lo cual
hace que no sea necesario concluir con la recolección de los datos para
disponer de información de tipo estadístico. El diseño de una planilla de
inspección precisa de un análisis estadístico previo, ya que en ella se
preestablece una escala para que en lugar de registrar números se hagan
marcaciones simples.
Un ejemplo
de planilla de inspección puede ser el siguiente: Supongamos que tenemos un
lote de artículos y efectuamos la medición del peso de estos. Por ejemplo si
obtuvimos los 3 valores siguientes: 1,7 - 2,5 - 2,5. Cada anotación la
representaremos con el signo +.
En
nuestra planilla podemos discriminar nuestros límites de control estadístico.
Luego de una cantidad considerable de mediciones, así luciría nuestra planilla:
Podemos
observar como al mismo tiempo que registramos nuestros resultados, la planilla
nos va mostrando cual es la tendencia central de las mediciones, el rango de
las observaciones y al tener discriminados nuestros límites de control, podemos
observar qué cantidad de nuestro producto cumple con las especificaciones.
Cabe
destacar que el diseño de una planilla de recolección de datos depende
básicamente del tipo de dato que se desee recolectar y la utilización que le
daremos a la misma.
Los
datos a recopilar pueden ser cuantitativos o cualitativos. Los aspectos a
controlar se despliegan en la plantilla de tal manera que el controlador solo
tiene que marcar donde corresponda en función de si la característica a
controlar aparece:
Otro
ejemplo de plantillas de inspección son las listas de chequeo en el
cual se despliegan las actividades de una tarea o procedimiento, una vez que la
actividad se ha realizado se consigna una marca de verificación para dar fe de
la realización de tal actividad. Sirve para controlar que no se olvide ningún
paso del proceso.
Otro
tipo de plantillas son las de frecuencia. En estas plantillas se
consigna en una fila o columna los aspectos a controlar en cuanto a aparición y
el controlador marca en la columna o fila correspondiente cada vez que aparece
la característica (buena o mala). Estas plantillas pueden utilizarse para
determinar frecuencia de fallos o defectos menores (causas comunes de
variación) que pueden convertirse en causas asignables si su frecuencia es
excesiva.
El
siguiente tipo de plantillas, que se han integrado en los equipos productivos
debido a la integración de dispositivos de medición automáticos, son las plantillas
de medición. En este caso el controlador, dado un rango de valores
posibles, marcaba la casilla correspondiente al valor obtenido. En la actualidad
el dato se toma automáticamente, se tabula, se crea un gráfico e incluso la
máquina puede responder ante el valor de la medida tomada, autoajustándose.
Un
tipo de plantilla más que se ha automatizado, son las plantillas de
localización, plenamente integradas en las máquinas gobernadas por
ordenadores (en nuestro caso prensas y rotativas) las cuales, previstas
de sistemas de autochequeo, tienen la capacidad de mostrar la localización de
un determinado problema o error (avería, atasco,…) en un esquema de la propia
máquina que se reproduce en una pantalla.
Un
último tipo de plantilla a destacar es la plantilla de clasificación en
la cual un determinado aspecto es clasificado en una categoría. Permite agrupar
características dispersas en relación con un aspecto común lo que permitirá un
tratamiento integrado (en el caso de defectos o fallos).